Juegos en colores

El “Juegos en colores” de Patricia Quevedo intenta proyectarle al público lo que pudiésemos decir es una propuesta que la artista le ofrece para darles a conocer partes de sus vivencias diarias al tener que enfrentar la cotidianidad.

Es precisamente esa necesidad por contar su historia la que la lleva a escoger uno a uno los colores para luego enmarcarlos entre suaves líneas negras, componiendo la escenografía perfecta de una “contienda” más, de aquellas con las que ella se encuentra al presenciar la realidad.

Tal vez esto, junto con esa necesidad por mantenerse niña la obliga a presentar su lucha diaria mediante “abstracciones geométricas” que a la larga resultan fáciles de identificar. Para presentarla insiste en manejar planos en el espacio, lo cual le permite observar sus juegos desde arriba, dando la sensación de que flotan a la deriva. Es algo así como pretender plasmar situaciones que deambulan a nuestro lado y en sí están perfectamente definidas.

Para su primera muestra individual en Barranquilla preparó un “paseo” por los diferentes juegos existentes, de niños y de grandes, buscando que salga a la luz este guerrero infantil que nunca deja de estar entre nosotros.
No obstante, su intención va mucho más allá, pues quiere llegar a estudiar la historia y la realidad actual de muchos de estos juegos para luego encerrar dentro de sus lienzos y cartones figuras que expresen los sentimientos de los jugadores, los protagonistas en toda partida, y a veces incluso de los espectadores.

Su pintura proyecta alegría, sencillez, seguridad y niñez. Trata de escoger colores vivos para darle a su obra con esto ese toque caribe que jamás la abandona. En últimas es precisamente esa realidad, la caribe, la nuestra, la que queda dibujada en cada una de sus historias pictóricas.

Patricia relata con su técnica pasatiempos antiguos y modernos que pertenecen a nuestra realidad y están siempre presentes en nuestras familias y en nuestro entorno. A la vez que evoca momentos de su vida y los recrea utilizando para ello, como una especie de conducto o camino, la presentación mediante nuestros juegos, por aquello de la lucha constante que implica en nuestro país y en nuestro mundo intentar vivir.