Galería de Obras
Plexiglás

Serie Atletismo

En la serie Atletismo, Quevedo explora la disciplina a través de cuerpos triangulares superpuestos sobre franjas verticales, insinuando el avance veloz de los adversarios sobre la pista. Sensaciones de orden, obstáculos y resistencia se acentúan a través de la repetición de estructuras tridimensionales y audaz yuxtaposición de colores; el rojo anuncia la amenaza, el amarillo revela la agilidad y el naranja el entusiasmo.

Serie Rueda de Chicago

Las estructuras circulares que componen Rueda de Chicago, nos recuerdan esa sensación de gozo y plenitud que genera la rotación pausada y uniforme de la rueda y a la vez la angustia que produce el no saber dónde quedará al detenerse. De esta manera, Quevedo espera que su trabajo conecte al observador con las memorias de su infancia y con su niño interior al que debemos seguir atendiendo y escuchando. Lo invita a retornar a jugar y a reflexionar sobre esa manera de ver, de sentir y de vivir. “No ha existido algo más real y maravilloso que seguir transmitiendo mi mensaje al espectador. El juego, una maravillosa forma de vida, con la que he crecido y educado, me ha dado las herramientas necesarias para un mejor desarrollo tanto mental como físico y espiritual”, afirma Quevedo.

Serie Cubo de Rubik

El contraste entre formas y colores como elemento esencial sigue presente en Cubo de Rubik. En esta serie, Quevedo construye estructuras tridimensionales en colores vibrantes y traslúcidos que exploran la secuencia de movimientos que conlleva a transformar las diferentes caras del cubo y resolver el rompecabezas. Formas triangulares y cuadradas se superponen de una manera sencilla y a la vez compleja, sugiriendo ese movimiento de cambios pausado y desesperado, para evitar mezclar partes del cubo que ya han sido resueltas. Cada plano y color hace referencia al punto de partida y a las diversas estrategias y sensaciones posibles al combinar los vértices del cubo.

Serie Tiro al blanco

En la serie Tiro al blanco, Patricia Quevedo investiga el juego y los diversos logros, desafíos y emociones que supone. Con el uso de repeticiones, tamaños y colores, la artista crea espacios de intervalos rítmicos que hacen referencia al movimiento que los tableros del juego nos generan. Construcciones tridimensionales de acrílico, realizadas a partir de figuras geométricas como el círculo y el cuadrado, se funden en un movimiento competitivo y sutil, interactuando de una manera articulada y armoniosa, con el fin de guiar al espectador al blanco. Con el uso de planos y símbolos geométricos, y unas transiciones inteligentes y sensibles entre los diferentes elementos, Quevedo logra una serie de composiciones abstractas que engañan al ojo. Su mensaje es alusivo y ambiguo. Es el observador quien debe descifrar las diferentes alternativas de resolución de sus juegos.